Growth-Hacking

Growth Hacking

Hoy queremos hablar del Growth Hacking, un nuevo concepto en el mundo del Marketing y que cualquier emprendedor al frente de una startup debería tener muy en cuenta. Se trata de una disciplina que, haciendo uso del mínimo gasto económico, busca incrementar en tiempo récord el número de consumidores e ingresos de la empresa.

¿Qué es el Growth Hacking?

Antes de entrar a describir qué es el Growth Hacking, vamos a analizar en primer lugar qué significan ambas palabras. Por un lado, “Growth”, que, traducido literalmente, significa crecimiento. Por otro lado, “Hacking”, se refiere a la habilidad de crear soluciones de software para resolver problemas del día a día.

Por lo tanto, el Growth Hacking gira en torno al crecimiento. Está claro que el principal objetivo en cualquier estrategia de Marketing de una empresa no es otro que el crecimiento de la misma. No obstante, el Growth Hacking lleva esta premisa un paso más allá; el crecimiento se convierte en una auténtica obsesión.

Como resulta lógico, la palabra “crecimiento” para una startup puede parecer un sueño que con suerte llegará a medio o largo plazo. Durante las primeras fases en el mercado, una de las principales dificultades a las que se enfrenta cualquier startup en la gran mayoría de los casos es la falta de recursos económicos. Los emprendedores no están dispuestos a despilfarrar dinero de manera innecesaria. Es ahí donde entra en juego el Growth Hacking: hacer de las herramientas digitales, sobre todo las gratuitas, el mejor aliado para conseguir el crecimiento de la startup en el mercado.

¿Cuáles son los principios básicos para aplicar el Growth Hacking?

Hay tres factores indispensables para poner en marcha el Growth Hacking en una startup. Por un lado, la creatividad: la innovación es fundamental para encontrar soluciones más allá de lo establecido. Por otro lado, el análisis, fundamental para crear estrategias efectivas en el tiempo. Un buen Growth Hacker debe ser capaz de hacer un exhaustivo análisis del mercado teniendo en cuenta todas las variables. Y, por último, el desarrollo, el camino a trazar para alcanzar el crecimiento de la startup.

Aplicación del Growth Hacking en una startup

  • Creación: lo primero que hay que tener en cuenta es que el Growth Hacking no es una técnica que busque vender un determinado producto o servicio de una manera original y diferente. Se trata más bien de crear un producto que merezca la pena y que sea capaz de venderse por sí mismo. La creación de productos y servicios que los usuarios quieran compartir por ejemplo a través de sus redes sociales es el primer paso fundamental, el que dará pie a todo lo demás.
  • Análisis de mercado: es indispensable analizar detalladamente a los consumidores por lo que hay que saber cómo realizar una estrategia de segmentación con el objetivo de definir su comportamiento, intereses y preferencias. A partir de ahí, el Growth Hacker puede definir el plan a seguir, el cual suele tener en la gran mayoría de casos cinco fases. Los usuarios encuentran el producto, crean una cuenta, usan y disfrutan del producto en cuestión, lo recomiendan a sus amigos y, por último, pagan por el producto.
  • Objetivos: ante cualquier estrategia de Marketing, la definición de objetivos es clave. Deben ser realistas y, sobre todo, claros y concisos.
  • Creatividad: llega el momento de que el Growth Hacker vuelque toda su creatividad. Una buena opción es incorporar opciones para que los usuarios puedan compartir el producto de una manera sencilla.
  • Partners: importante construir una buena red de partners para integrar el producto con otras aplicaciones y herramientas. Imaginemos por ejemplo una startup de aplicaciones móviles para padres primerizos que quiera crecer en el mercado. Una buena opción sería integrar la app con un juego relacionado con su actividad.

Para que el Growth Hacking sea realmente efectivo, es condición indispensable que el Growth Hacker tenga la mente abierta a los cambios y sea capaz de mirar más allá de lo establecido. El hecho de ahorrar tanto tiempo como dinero no deben ser las únicas preocupaciones de cualquier startup. Hay que tener en cuenta también sus objetivos a corto, medio y largo plazo.