En el mundo empresarial, se habla mucho sobre la importancia de gestionar el tiempo. Decimos que es un aspecto capital para mejorar la productividad y, para ello, se insiste en la importancia reducir la procrastinación. Esto lleva en ocasiones a los empresarios a someter a los empleados a una gran presión para optimizar los resultados, lo que sin embargo a veces produce efectos negativos en el capital humano.
Hoy día nos encontramos con muchos problemas derivados por una mala forma de entender la productividad: sin ir más lejos, el síndrome de burnout o del trabajador quemado, así como también los workaholics, personas que sólo piensan en trabajo, hasta el punto de que afecta a su vida personal.
Frente a la gestión del tiempo, no se pone el mismo énfasis en un aspecto que es quizás incluso más importante. Hablamos de gestionar tu energía. Un elemento que también es decisivo para la productividad, ya que al fin y al cabo hay otras variables en la ecuación aparte de la gestión del tiempo, y que tienen más que ver con el ser humano y sus capacidades.
Gestiona primero tu energía, después tu tiempo
Una de las primeras veces que se oye hablar de este principio («Gestionar primero la energía, y después tu tiempo) lo encontramos en el libro The Power Full of Engagement, del ex periodista de The New York Times Tony Schwartz.
En este libro, el autor reflexiona sobre cuatro fuentes de energía del ser humano, que influyen en el desarrollo de las tareas que está haciendo. Éstas fuentes de la energía personal son:
Energía física: el aspecto físico es esencial para cualquier trabajador. Si no dormimos bien, estamos enfermos o tengas cualquier dificultad física para realizar una tarea, por muy bien que gestionemos el tiempo, no vamos a dar un buen rendimiento.
Energía emocional: la energía emocional es la que nos permite ser creativos para desarrollar nuestro trabajo. Si tenemos más pensamientos negativos que positivos, tenderemos a trabajar con desgana y sin pasión por lo que estamos haciendo. Esto lleva al síndrome de burnout.
Energía mental: la mente es la herramienta con la que vamos a tener que desarrollar nuestro trabajo. Sin ir más lejos, si te sientes débil mentalmente porque no has comido bien, o te sientes falto de creatividad por la falta de «desconectar» y de «ejercicio físico», entonces tu mente no te está ayudando a tener un buen rendimiento. Es recomendable también hacer descansos entre tareas, al menos una vez cada hora.
Energía espiritual: este concepto se refiere a la razón trascendental por la que hacemos cualquier tarea o trabajo. Los trabajadores motivados y apasionados son aquellos que tienen una idea de misión, algo que les impulsa a trabajar bien y de forma profesional para conseguir un objetivo personal y colectivo.
En este sentido, como te darás cuenta, el autor da mucha importancia a que podamos aprender a gestionar nuestra energía, y no sólo nuestro tiempo. Esto es algo de vital importancia para empresarios, líderes de negocios, directivos y cualquier empleado, ya que de la forma en la que gestionemos nuestra energía podremos gestionar nuestro tiempo.
¿Por qué es importante gestionar nuestra energía?
Una de las cualidades que debe tener un buen líder empresarial o directivo es saber gestionar su propia energía.
Con mucha frecuencia, va a tener que hacer frente a todo tipo de actividades y ejercer funciones directivas que pueden suponer mucha presión:
- Establecer y conseguir objetivos
- Dirigir y motivar equipos de trabajo
- Coordinar departamentos
- Gestionar las finanzas
- Idear nuevos proyectos y campañas
Tareas para las que es necesario que aprendamos algunas técnicas para gestionar nuestra energía. De lo contrario, lo normal es que tendamos a trabajar sin límites. Como empresarios y/o profesionales, debemos entender que el tiempo es un recurso finito. El día sólo tiene 24 horas y mañana seguirá teniendo 24 horas.
Por muy bien que gestionemos el tiempo, debemos también y sobre todo gestionar nuestra energía. Porque el trabajo que hagamos a pleno rendimiento y en óptimas condiciones será siempre de mejor calidad y generará mejores resultados que aquellas tareas que hagamos sin energía, aunque dentro de unos parámetros de productividad.
Gestionar la energía ayuda muchas veces más y mejor a mejorar la productividad, que limitarse sólo a la gestión del tiempo.
Gestionar la energía por tanto consiste en una serie de tareas orientadas a gestionar tus diferentes fuentes de energía.
- Hacer descansos entre tareas, de al menos 5-10 minutos, cada hora.
- Procurar dormir bien y descansar al menos 7 horas al día.
- Desconectar: hacer actividades que sean ajenas a nuestra actividad profesional, como practicar un hobby.
- Hacer ejercicio físico para liberar endorfinas, la hormona de la felicidad, para que nos sintamos mejor con nosotros mismos y seamos más creativos.
Como principio fundamental, debemos tener claro que el tiempo que invirtamos en la recuperación de la energía, debe ser proporcional al desgaste.
¿Qué ventajas te va a aportar gestionar bien tu energía?
Como profesional, gestionar la energía te aportará beneficios desde dos vertientes o perspectivas.
- Personal: si gestionas tu propia energía, podrás ser más feliz, tener un mejor rendimiento y conseguir tus objetivos, sin acabar quemado o desilusionado.
- Colectivo: si transmites estos principios a tus empleados y/o miembros del equipo de trabajo, vas a poder mejorar la productividad y el clima laboral de tu empresa, lo que influirá en el rendimiento de los trabajadores y te ayudará a realizar una mejor gestión del talento.
En este sentido, como vas a lograr mejorar tu productividad personal y la productividad de la empresa en general, generar un mejor ambiente de trabajo, hacer que tú mismo y las personas que te rodean tengan energías renovadas y puedan trabajar de forma más dinámica y creativa.
Este es uno de los principios que en la Cámara de Asturias tratamos de transmitir a los empresarios, directivos y profesionales que cursan nuestro máster MBA. Si quieres ser un directivo, líder empresarial de éxito o emprender un nuevo proyecto empresarial, empieza por aprender a gestionar tu energía y no solamente tu tiempo.