Toma de decisiones en la empresa

¿Qué es la toma de decisiones en la empresa? Tipos y métodos

La toma de decisiones es un acto intrínseco a la gestión empresarial. Gerentes y directivos deben ser capaces de decidir de forma racional y acertada para conducir el negocio hacia los objetivos marcados durante un determinado periodo de tiempo.

Por ello, la toma de decisiones es una habilidad que se aborda de forma transversal en las diferentes asignaturas del Executive MBA Asturias que ofrece la Cámara de Comercio en la ciudad capital.

En este artículo ahondamos en el concepto de toma de decisiones en el ámbito empresarial: qué es, qué ventajas ofrece, cuáles son los tipos principales y cómo se desarrolla el proceso.

¿Qué es la toma de decisiones y qué ventajas ofrece?

Podemos definir la toma de decisiones como el proceso de seleccionar la solución más adecuada de entre un conjunto de alternativas con la finalidad de lograr el resultado esperado.

Implica considerar varios factores, evaluar los beneficios y repercusiones de cada opción para tomar una decisión acertada. El objetivo de cualquier proceso de toma de decisiones es llegar a una conclusión lo más informada posible dada la información disponible.

En el contexto empresarial, la toma de decisiones se convierte en sinónimo de gestión. Para gestionar hay que decidir y son los líderes empresariales quienes deben hacerlo, determinando qué se debe hacer y cómo debería hacerse, así como cuándo y por quién debe hacerse.

Por lo tanto, el proceso de toma de decisiones es un componente continuo, dinámico e indispensable en la gestión de cualquier negocio que, además, afecta a todas las actividades y funciones pertenecientes a la organización.

Así es como la toma de decisiones permite controlar y mantener enfocada a una empresa hacia la consecución de los objetivos comerciales preestablecidos. Pero esta no es la única ventaja del proceso de toma de decisiones en la empresa, ya que, además, consigue:

  • Obtener la información suficiente para comprender a fondo cada problemática y tomar decisiones consecuentes y efectivas.
  • Identificar oportunidades y favorecer el crecimiento.
  • Optimizar el tiempo y los recursos que se utilizan activando decisiones eficaces.
  • Fomentar el trabajo en equipo, así como la participación e implicación de los empleados, que son escuchados y se sienten libres de expresar sus ideas.
  • Aumentar la productividad.
  • Prevenir el conflicto en el lugar de trabajo con una toma de decisiones ágil y contundente.

Tipos de decisiones

Existen diferentes formas de clasificar los tipos de decisiones según la jerarquía, el alcance, la importancia y el impacto. Veamos cuáles son.

Decisiones individuales y grupales

Las decisiones individuales se toman por un solo individuo en el contexto de decisiones rutinarias para las que ya existen procedimientos y directrices definidas previamente por la empresa que permiten abordar ese problema.

Por otro lado, las decisiones tomadas con el consentimiento de más de una persona y con un propósito específico se denominan decisiones grupales. Requieren la reunión de un comité como, por ejemplo, la junta directiva, los accionistas o el equipo de un departamento concreto, entre otros.

En general, la toma de decisiones en grupo resulta más efectiva que la toma de decisiones individuales, dado que permite una mayor diversidad de perspectivas y experiencias, así como una deliberación y análisis más profundos.

Decisiones organizacionales y personales

Las decisiones tomadas por los gerentes y ejecutivos en el desarrollo ordinario de sus funciones y en calidad del cargo que representan son decisiones organizacionales. Este tipo de decisión refleja la política de la empresa y son de carácter delegativo, pudiendo ser transferidas a los empleados subordinados. Por ejemplo, introducir un nuevo sistema de incentivos, medir la productividad de los empleados o redistribuir el número de empleados por cada departamento para alcanzar ciertos objetivos.

Por contra, las decisiones personales son aquellas que gerentes o ejecutivos toman de forma individual y no como miembros de la empresa. Pueden o no interferir en la actividad regular del negocio. Por ejemplo, la decisión de un jefe de área de dejar su puesto de trabajo, puede impactar y generar problemas en la organización.

Decisiones programadas (o rutinarias) y no programadas

Las decisiones programadas son aquellas que siguen unas reglas, políticas o procedimientos marcados por cada empresa. Estas políticas facilitan la toma de decisiones y permiten centrar el foco en otras actividades clave de la gestión empresarial. Por lo tanto, no decide un individuo concreto, sino la organización. Normalmente, este tipo de decisiones las toman los mandos medios e inferiores, puesto que no suelen entrañar riesgo y son sencillas de determinar.

Por ejemplo, el salario de un nuevo empleado que comienza a trabajar en el proyecto sería una decisión programada, ya que la empresa generalmente tiene establecida una escala salarial para todos los puestos dentro del organigrama.

En cuanto a las decisiones rutinarias, se asimilan a las programadas, en el sentido de que son de naturaleza repetitiva, no necesitan ningún análisis ni evaluación y se encuentran en el contexto de las operaciones diarias de la empresa.

Respecto a las decisiones no programadas, surgen por problemas no estructurados, es decir, no son rutinarios ni cotidianos. Por lo tanto, no existe un procedimiento estándar para manejar tales situaciones excepcionales.

Habitualmente, este tipo de decisiones, que resultan fundamentales para la empresa, se dejan en manos de altos directivos y ejecutivos. Estas decisiones requieren de creatividad, análisis y juicio porque pueden ser más difíciles de revertir si resultan erróneas.

Por ejemplo, si un empleado se ausenta del trabajo durante varios días sin aviso, su supervisor sabrá cómo actuar de acuerdo al procedimiento estándar marcado en las políticas de la empresa. En cambio, si esta misma situación tiene lugar a la vez con un amplio número de empleados, se convierte en una situación extraordinaria que no está estructurada ni programada y requiere un análisis profundo por parte de altos cargos para tomar una decisión.

Decisiones estratégicas y operativas

Las decisiones estratégicas son aquellas que se toman en los niveles más altos de gestión y se contemplan en el medio y largo plazo. Este tipo de decisiones resultan cruciales para la supervivencia y el crecimiento de la organización.

Por ello, requieren de intuición, creatividad y un análisis profundo del impacto que pueden tener a futuro cada una de las alternativas a valorar. Las políticas empresariales, los objetivos comerciales así como todo el proceso de planificación estratégica a largo plazo son ejemplos claros de decisiones estratégicas.

Mientras que las decisiones operativas son aquellas que resultan necesarias para poner en práctica tanto las políticas como los planes estratégicos señalados por la alta dirección y están relacionadas con las operaciones diarias de la organización.

Este tipo de decisiones operativas las toman los mandos de gestión medios o inferiores como gerentes o supervisores y tienen un impacto a corto plazo. Un ejemplo sería la implementación de un cambio en el horario laboral, la asignación de tareas a un equipo de trabajo.

Etapas del proceso de toma de decisiones

El proceso de toma de decisiones se desarrolla a lo largo de varias etapas, que veremos a continuación. Ten en cuenta que seguir el procedimiento adecuado permite realizar juicios más considerados y efectivos.

  1. Detectar el problema: El primer paso del proceso reside en identificar el problema o la pregunta que debe abordarse para tener clara la naturaleza de la decisión a tomar.
  2. Recopilar información: Una vez que se ha definido el problema, hay que recopilar información y datos sobre las posibles soluciones. Las fuentes de información pueden ser tanto internas como externas, incluyendo encuestas, entrevistas, grupos focales, observación, simulaciones, artículos e informes.
  3. Identificar y analizar las alternativas: Hay que saber cuáles son las opciones para tomar una decisión informada. Posteriormente, se analiza cada alternativa sopesando beneficios e inconvenientes para ver cuál permite alcanzar con mayor eficacia la meta fijada.
  4. Seleccionar la opción adecuada: Una vez analizadas todas las opciones y tras crear una imagen visual sólida de las repercusiones de cada una, la empresa estará preparada para tomar la decisión más adecuada.
  5. Implementar y evaluar: Con la decisión clara, hay que tomar acción e implementarla en la organización. Tras ello, es importante revisar los resultados para ver si se ha logrado solucionar el problema o es necesario realizar ajustes en caso de que la propuesta haya resultado errónea.

Métodos de toma de decisiones

Ahora que ya hemos descrito el proceso de toma de decisiones, ahondaremos en los diferentes métodos que se pueden utilizar para facilitar las fases de identificación y análisis de alternativas.

El análisis DAFO es una de las herramientas más populares y eficaces para la toma de decisiones. Implica identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas asociadas con cada decisión particular con el objetivo de contemplar los diferentes factores y tomar decisiones informadas.

Otro de los métodos a los que puede recurrir una organización para la toma de decisiones es el análisis marginal, que consiste en evaluar los costes y beneficios de cada opción para elegir la que generará una mayor rentabilidad para el negocio.

Por otro lado, tenemos el diagrama de Pareto, bautizado en honor al economista italiano Vilfredo Pareto, se basa en el principio de que el 20% de las causas produce el 80% de los resultados. Esta técnica permite identificar los factores más importantes en una situación concreta y, por tanto, ayuda a determinar qué cambios serán más efectivos para la empresa.

Asimismo, el análisis PESTEL que analiza el entorno externo de la empresa (aspectos políticos, económicos, sociológicos, tecnológicos, legales y ambientales) se puede utilizar en una amplia variedad de escenarios y permite guiar a los directivos en la toma de decisiones estratégicas.

Por último, la matriz de decisión es una herramienta gráfica que ayuda comparar diferentes opciones y variables con claridad. Podría asimilarse a un listado de ventajas y desventajas, con la diferencia de que los responsables de la toma de decisiones pueden asignar un nivel de importancia a cada factor.

La toma de decisiones: componente clave de la gestión empresarial

Estar preparado para tomar decisiones resulta vital para los directivos actuales y requiere de una serie de habilidades que se pueden aprender como resolución de problemas, razonamiento lógico, pensamiento crítico, inteligencia emocional, liderazgo y trabajo colaborativo.

Todas estas aptitudes se contemplan dentro del programa formativo del MBA de la Cámara de Comercio de Oviedo y se trabajan a lo largo de las diferentes sesiones con el apoyo de casos de empresas en diferentes escenarios.

Te invitamos a que reflexiones sobre la importancia de estar actualizado y más aún si tu objetivo es catapultar tu trayectoria profesional hacia nuevos puestos de responsabilidad. Recuerda que los reclutadores tienen claro que son los profesionales con habilidades para la toma de decisiones los más preparados para contribuir de manera efectiva en la empresa. Mejorando estas habilidades, sin duda, abrirás tu abanico de posibilidades laborales.