Qué es y cómo se aplica el Método Lean Startup

Qué es y cómo se aplica el método Lean Startup

El emprendimiento supone ciertos desafíos, obstáculos y riesgos que es preciso soslayar para alcanzar el éxito y ha quedado demostrado que seguir las fórmulas aplicadas en los modelos de negocio tradicionales, no siempre funciona.

Innovar en el uso de ciertas metodologías y herramientas ha ayudado a que empresas emergentes así como importantes Escuelas de Negocios e instituciones formativas, hayan decidido incorporar en sus planes de estudio.  Ese es el caso del MBA de la Cámara de Oviedo programa en el que incluye la metodología de estudio del Lean Startup con enfoque práctico, justamente para impulsar a los alumnos a crear su propia startup y avanzar por el camino del emprendimiento.

Según las últimas estadísticas, el crecimiento de las startups en España sucede a un ritmo del 20 % anual. El desarrollo del ecosistema emprendedor nacional es una realidad. A pesar de ello y, según refleja el Mapa del Emprendimiento confeccionado por Spain Startup, tan sólo una de cada diez empresas emergentes supera los tres años de vida.

Ante esta realidad, han ido apareciendo diversas metodologías con la idea de minimizar los riesgos asociados al lanzamiento de una nueva empresa. Este es el objetivo del método Lean Startup, que prioriza la experimentación sobre la planificación elaborada, la retroalimentación de los clientes y el diseño iterativo o repetitivo, como herramientas para un aprendizaje continuo.

Por este motivo, hemos querido centrar la atención en el método Lean Startup para darte a conocer cómo funciona y qué beneficios supone para una nueva empresa emergente.

Qué es el método Lean Startup

La finalidad del método Lean Startup es lograr que los proyectos emergentes den vida a un negocio que crezca sostenido en el tiempo sin necesidad de invertir una gran cantidad de recursos en forma de tiempo y dinero. Esto se consigue creando servicios o productos en función de las demandas concretas del cliente. Este proceso es contrario al modelo tradicional fundamentado en diseñar, crear y lanzar el producto en espera de que la demanda surja después.

De esta manera, la metodología Lean Startup utiliza el aprendizaje validado a través de información empírica, evaluando las necesidades y los intereses del consumidor para crear un producto de pequeño formato o Producto Mínimo Viable que se lanza al mercado y se va refinando de acuerdo al feedback recibido. De esta manera, los riesgos disminuyen ya que la cantidad de recursos necesarios para crear y desarrollar el producto son los mínimos posibles.

Este enfoque fue presentado por el empresario estadounidense Eric Ries en 2008, aunque hay que recordar que el primer movimiento lean tuvo origen en Japón en el marco de la industria del automóvil durante los años cincuenta tras finalizar la Segunda Guerra Mundial cuando los empresarios se centraron en la necesidad de llevar el producto final al cliente al menor costo por el mayor valor.

Sin embargo, la implementación real del método llegó cuando Ries fue capaz de demostrar que funcionaba tras ser adoptado por varias empresas emergentes de Silicon Valley. Ries hizo público su sistema en un libro que ha sido traducido a más de una treintena de idiomas y ha impulsado a miles de organizaciones bajo el nombre de El método Lean Startup: Cómo crear empresas de éxito utilizando la innovación continua.

Cómo funciona el método Lean Startup

La experimentación es la base del método de Ries, primando sobre la planificación. Bajo este pensamiento, los planes de negocio proyectados a largo plazo pierden su valor ya que se construyen alrededor de incógnitas y obvian la reacción del cliente.

De acuerdo a ciertas prácticas, lo primero que debe hacer un emprendedor es crear un plan de negocios. Se trata de un documento estático que describe el negocio a implementar, los objetivos, las estrategias y las previsiones económicas en cuanto a inversiones y ganancias. Una vez que cuenta con el plan de negocio, el siguiente paso es convencer a los inversores para ganarse su apoyo y poder iniciar la etapa de desarrollo.

Llegados a este punto, el empresario ha invertido tiempo y dinero en generar un producto o servicio sin contar con el aporte real del cliente. El emprendedor tan sólo recibe las impresiones del mercado una vez que el producto o servicio ha llegado a él. Es en esa fase cuando el empresario se percata de que el consumidor no necesita o no desea buena parte de las características del producto o servicio existente, e incluso puede prescindir del producto o servicio en sí mismo. Cuando se demuestra que el negocio es ineficiente, ya es tarde porque la inversión está hecha.

Por el contrario, el sistema de Ries propone construir un producto o servicio basado en la experimentación y no en meras suposiciones. El resultado es un bajo factor de riesgo gracias al ahorro sustancial de tiempo y de recursos.

En vez de esperar meses, e incluso años, dando forma a un producto o servicio para descubrir que, finalmente, quizá nadie estaba interesado en él, a través de la metodología Lean Startup se puede determinar el éxito desde el inicio utilizando la experimentación y, posteriormente, creando el producto o servicio que el cliente necesita en realidad.

Esa es la naturaleza de la startup: una empresa que se crea de forma eventual con la idea de encontrar un modelo de negocio que se pueda replicar y escalar en el futuro. Esta metodología innovadora es la que también se incorpora hoy en día a un proyecto de creación de empresa.

En resumen, es posible identificar tres factores claves de la metodología de Lean Startup:

1. Lienzo de negocio Lean Canvas

Una de las premisas del modelo de Ries es evitar la inversión de varios meses de trabajo en el diseño, análisis y proyección de un plan de negocios. En su lugar, la startup debe plasmar sus hipótesis en un Lean Canvas. Esta herramienta incluye los datos fundamentales y pasa por alto toda aquella información superflua.

Este modelo de planificación es la vía para llegar al corazón de la idea de negocio centrándose en entender el problema o la necesidad del cliente para, posteriormente, fijar el foco en el diseño de un producto o servicio con una propuesta única de valor que sea la solución a los problemas prioritarios del cliente identificados al inicio.

2. Aprendizaje validado

A través de este aprendizaje obtenemos la información que va a guiar la creación del Producto Mínimo Viable y su perfeccionamiento hasta dar con el producto o servicio exacto para el cliente. Este aprendizaje parte de una serie de hipótesis que se ratifican a través de la experimentación y el testeo en el propio escenario de mercado.

3. Desarrollo continuo e iterativo

Cuando Ries habla de desarrollo iterativo se refiere a reiterar los procedimientos de una forma cíclica. Así es como se validan los esfuerzos y se obtiene el aprendizaje base de la información que conduce a la optimización del negocio.

Cada vez que el ciclo se reanuda es necesario activar ligeros cambios con la idea de calibrar su impacto y corroborar que hay que insistir en ellos o bien modificarlos de acuerdo a los resultados que se obtengan.

Cómo aplicar el método Lean Startup

Ries marca un modelo dentro de su método compuesto por tres fases: construir, medir y aprender. Este ciclo se debe de llevar a cabo de forma repetida hasta lograr convertir el Producto Mínimo Viable en un negocio sostenible. Estas fases guían el proceso de transformar una idea (hipótesis) en un producto o servicio, evaluar la respuesta del consumidor y comprender, de acuerdo a los efectos conseguidos, si es necesario reformular la idea (o lo que Ries suele definir como “pivotar”) o bien hay que mantenerse en esa línea.

En la práctica, este modelo implica un ciclo de creación y prueba de hipótesis a partir de la construcción de un Producto Mínimo Viable para que los clientes potenciales lo prueben, midiendo sus reacciones y aprendiendo de los resultados. El objetivo es una mejora continua de la oferta que permita entregar con precisión lo que los clientes desean en realidad maximizando el aprendizaje gracias al desarrollo incremental e iterativo.

Construir

El autor del método Lean Startup afirma: “La gran pregunta de nuestro tiempo no es ¿se puede construir? Lo correcto sería preguntarse, ¿se debe construir?”. Esta frase refleja la base de la metodología de Ries. A la hora de seleccionar y madurar una idea de negocio, lo más importante es tener claro que el proyecto será capaz de resolver un auténtico problema del consumidor, y que éste lo valorará de tal manera que estará dispuesto a comprarlo.

Ahí reside la clave de cualquier startup: dar con el gran dolor del cliente. Para encontrarlo hay que permanecer atentos a los problemas que enfrenta el consumidor en su vida diaria, comprenderlos a fondo y definir la solución. Y, una vez esté clara la idea de negocio, es decir, el remedio al dolor del cliente, llega el momento de crear el Producto Mínimo Viable.

Se trata de un prototipo o versión reducida del producto definitivo (con un mínimo de características) cuya finalidad es comenzar a rodar en el mercado y permitir al equipo recopilar la mayor cantidad de datos posibles a través de la retroalimentación con el cliente y sus comentarios respecto a ese PMV. Toda esta información es la base para averiguar qué funciona y qué no con la idea de continuar dando forma y mejorando el Producto Mínimo Viable en busca del adecuado.

En otras palabras, el Producto Mínimo Viable es una prueba de un conjunto de hipótesis con el objetivo de validarlas o refutarlas lo más rápidamente posible.

Una forma extrema de aplicar el método en esta primera fase consiste en comenzar a vender un producto antes de que su producción concluya con la finalidad de ir creando conciencia de marca y aumentar el interés/deseo por el producto a la vez que se van recaudando fondos para culminar la fabricación.

Medir

Una vez que el Producto Mínimo Viable está jugando en el verdadero campo de batalla, el mercado, es necesario medir si las hipótesis lanzadas son las correctas. Para ello, los KPIs o indicadores clave de rendimiento se tornan imprescindibles.

A través de los KPIs se puede medir el resultado del experimento de acuerdo la reacción del consumidor, y cerciorarse de que los objetivos se están alcanzando o bien es necesario reformular las hipótesis.

Aprender

El Producto Mínimo Viable y la medición de sus resultados permiten aprender y tomar decisiones comerciales sólidas fundamentadas en evidencias. Este aprendizaje validado puede guiar a la empresa hacia dos direcciones:

  • Perseverar: Si la hipótesis era correcta hay que seguir adelante con la misma iniciando un nuevo ciclo que ayude a retroalimentar el proceso para mejorar y refinar de forma continua la idea.
  • Pivotar: Si el experimento ha refutado la hipótesis, es el momento de pivotar, es decir, corregir el curso y repetir el ciclo utilizando el valioso conocimiento obtenido para formular nuevas hipótesis y llevar a cabo sus correspondientes experimentos.

Qué ventajas implica el método Lean Startup

La ventaja más reconocida del método Lean Startup es la disminución del riesgo: “falla rápido, falla barato”. La retroalimentación y el contacto constante con el mercado y el cliente permite a las empresas emergentes utilizar sus recursos, que suelen ser limitados, de una forma más efectiva y eficiente. El tiempo y la mano de obra se reducen ya que el producto o servicio se pone a prueba antes de continuar invirtiendo en él.

El modelo Lean Startup brinda un procedimiento metódico y ordenado para guiar a la empresa emergente en el desarrollo del negocio sin partir desde la incógnita, sino desde la convicción, la confianza y la certeza que dan el saber que el producto o servicio ya se ha testado en el mercado de forma real. El contacto continuo y cercano con el consumidor se suman a los beneficios del método de Ries al proporcionar una información de primera mano que facilita la implementación de hipótesis funcionales.

La innovación es parte intrínseca del método Lean Startup y se lleva a cabo de una forma rápida, efectiva y disruptiva, a diferencia de los procesos de innovación de las grandes empresas que conllevan una compleja labor de coordinación y cambio de los procesos establecidos, algo que puede provocar una resistencia significativa por parte de los empleados e incluso de la propia gerencia.

Así, la aplicación del proceso Lean Startup implica una ventaja competitiva frente a las grandes empresas que tendrán dificultades para emular y actualizar su oferta de acuerdo a las propuestas por la startup.

Para finalizar, hay que considerar que el modelo de Ries es ideal para apostar por oportunidades concretas. Se trata de segmentos del mercado de menor envergadura y que permanecen en fase latente con unas necesidades que ningún negocio ha sabido satisfacer hasta el momento. Por lo tanto, son audiencias menos suculentas para las grandes organizaciones. En cambio, las startups sí saben localizar y atacar esos nichos de mercado que, aunque son más pequeños, mantienen un potencial de crecimiento considerable.