Todas las empresas necesitan disponer de algún tipo de financiación para poder desarrollar su actividad. Especialmente cuando se trata de un negocio recién creado, que todavía no ha alcanzado el punto de equilibrio entre los ingresos y los costes. Actualmente existen muchas alternativas para obtener crédito a corto plazo para llevar a cabo los procesos de la empresa, pero no todas las fuentes de financiación son iguales.
Elegir una fórmula de financiación implica tomar una decisión de gran relevancia para el área de finanzas de tu empresa. No acertar en la fuente de financiación más adecuada para las características de tu negocio puede dar lugar a varios tipos de situaciones. Por ejemplo, que no dispusieras de suficiente liquidez para hacer frente a los pagos a corto plazo, o de lo contrario, que aumentaras la deuda de forma considerable y desmedida, lastrando los beneficios futuros debido a una mala previsión en el capital que necesitabas.
A continuación te mostraremos algunos detalles que debes conocer sobre tres tipos de financiación habitualmente utilizados por muchas empresas.
Tipos de financiación que pueden adquirir las empresas
El tipo de financiación que escojas para tu empresa depende de numerosos factores: el tamaño y necesidades financieras de tu empresa, las ventajas fiscales que este método de financiación pueda suponer, los costes y gastos asociados que pueda suponer dicho modelo de financiación.
Vamos a ver en qué consisten el renting, el leasing y el factoring y qué aspectos debes tener en cuenta para valorar cuál es el más adecuado para un negocio.
Renting
Se trata de un método de financiación que se basa en la firma de un contrato de arrendamiento financiero. En este caso, la empresa que desea financiarse mediante renting alquila a otra empresa uno o más bienes que va a utilizar para su actividad, pagando para ello una renta periódica a la otra empresa.
Esto permite que, por ejemplo, un nuevo negocio no tenga que adquirir los bienes o herramientas necesarios para el desarrollo de su actividad empresarial, sino que solamente los alquile a una empresa o particular, lo que permite disminuir sus costes en el corto plazo. Por otra parte, al hacerse la amortización de forma periódica, la empresa puede contar con mayor liquidez, además de que según las características del bien alquilado, podrá desgravar en el IVA y el Impuesto de Sociedades, en caso de tratarse de una empresa, o el IRPF, si se trata de un profesional autónomo.
En el contrato de arrendamiento, se establece el plazo durante el cual el bien que se alquila podrá ser utilizado. Una vez expira el contrato, el arrendatario tendrá que devolver dicho bien a la empresa. Se trata en cualquier caso de un trámite que resulta muy flexible para las empresas, lo que hace que resulte una técnica de financiación a corto plazo que aporta un valor a la empresa.
Por ejemplo, un tipo de empresa que puede financiarse mediante renting son las empresas de servicios, para cuya actividad requieren disponer de unas herramientas de trabajo. Es el caso de las empresas del sector del transporte, que pueden disponer de vehículos en modalidad de renting para el desarrollo de su actividad.
Leasing
El leasing es otro de los métodos de financiación que muchas empresas tienen en cuenta para disponer de una mayor liquidez. Es muy similar al renting, sólo que en este caso se introduce una opción de compra a la finalización del contrato. En este caso, las empresas pueden evitar la compra a corto plazo de un tipo de equipo, maquinaria o vehículo determinado, y sin embargo, empezar a utilizarlo para poder desarrollar su negocio.
Cuando se termina el contrato, la empresa puede adquirir el bien pagando un coste mucho más económico, ya que si se tienen en cuenta todos los pagos periódicos que ha realizado. También tiene la opción de renovar el contrato y seguir en modalidad de renting, o incluso devolver el bien.
El leasing tiene, sin embargo, algunas diferencias sustanciales con la financiación mediante renting. En este caso, se deben pagar los servicios asociados al bien alquilado. El leasing sin embargo supone un importante ahorro para que las empresas no tengan que asumir unos altos costes a corto plazo para la adquisición de aquellos bienes que necesitan para su trabajo.
Factoring
Por último, hay empresas y autónomos que pueden financiarse a través de la modalidad del factoring. Esto consiste en la contratación de un servicio que financia las facturas que se van a cobrar, de manera que se obtiene una garantía para prevenir la morosidad o la insolvencia.
Se trata de un tipo de financiación que puede tener un alto valor para aquellos proyectos que tienen un alto precio y cuyo impago podría suponer un importante inconveniente financiero para la empresa. El factoring lo suelen utilizar empresas cuyas facturas tienen un plazo de vencimiento largo, de 30 a 60 días, por lo que pueden obtener una financiación inmediata sin tener que esperar a que sus clientes paguen las facturas.
Las empresas de factoring, además de financiar a sus clientes a través del anticipo de las facturas, pueden ofrecer también otros servicios que les permiten contar con garantías adicionales frente a los impagos, como es la gestión del cobro.
Este tipo de financiación suele ser recomendable para las pequeñas empresas, que no puedan acceder fácilmente a otras vías de financiación y realicen servicios en los que haya una alta posibilidad de impago o morosidad. No obstante, hay que tener en cuenta que los costes del factoring pueden ser elevados y se debe valorar la relación coste-beneficio de este tipo de financiación en el sector en el que se encuentra la empresa.
¿Cuál es el mejor tipo de financiación para una empresa?
Hemos visto tres fórmulas de financiación para empresas, aunque naturalmente no son las únicas. Hay otras que están ganando un peso de gran importancia gracias a Internet, como es el caso del crowdfunding o micromecenazgos. Existen todo tipo de productos financieros que pueden ayudar a las compañías de todo tamaño a disponer de liquidez a corto plazo para hacer frente a sus pagos y poder mantener su actividad.
Elegir entre estos métodos de financiación empresarial depende del sector en el que se mueva tu negocio, así como de las prácticas del sector más habituales, pero son formas que debes analizar de forma exhaustiva para poder garantizar una buena gestión de la tesorería en tu empresa. Por otro lado, una gestión eficaz de esta área también se ve reflejada a través de los principales ratios para analizar los estados financieros que contribuyan a mejorar los niveles de rentabilidad del negocio.
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